miércoles, 1 de abril de 2015

CASOS PARA ÉTICA


ESTUDIO DE CASO

La Ley Moral y Conciencia

 

M

ario tiene quince años, y vive lo que se considera la vida normal de un chico de esa edad, sin particulares problemas. Está contento con su familia, aunque piensa que sus padres limitan bastante sus movimientos y establecen demasiadas reglas. Piensa que ese modo de proceder no es justo, porque sus padres le consideran menor de lo que es, y porque sus amigos tienen más libertad que él. Además, nunca ha dado ningún problema serio en su casa, y cuando pide explicaciones le despachan con alguna frase hecha, muy poco convincente. De todas maneras, aunque se queje, tampoco puede decirse que dramatice esa situación.

Un día estaba en casa de un amigo, y resultó que éste pasaba por un momento de desánimo. Empezaron a hablar de sus problemas, y Mario no se dio cuenta de que se hacía muy tarde ni, hasta pasadas las 11.OO, de que en aquella familia cada uno cenaba por su cuenta y por eso no se avisaba la hora. Volvió a su casa deprisa. Como era de esperar, fue recibido con una fuerte bronca y amenazas de castigos que se le antojaron desproporcionados.

Durante los días que siguieron Mario no podía apartar de su cabeza lo sucedido esa noche. Estaba convencido de que, dijeran lo que dijeran sus padres, esa vez él tenía razón, y que además no tenían derecho a conocer sus motivos: él no les contaría nunca los problemas de su amigo —se los contaba como amigo, y era cosa de su intimidad—. Se habría saltado unas reglas —la hora de llegada, la hora de cenar— que normalmente tenían un sentido, pero él sabía en conciencia que esta vez tenía razón —era algo mucho más importante que el orden de la casa— y había hecho bien. Las normas y las leyes —pensaba— son algo que se dicta para todo el mundo sin tener en cuenta que cada persona y cada situación son distintas, o por lo menos pueden ser distintas. Eran una generalización, una cosa impersonal, y, por ser algo impersonal, una imposición. Si a él le dejaran libertad para volver a la hora que en conciencia pensara que debía, seguramente se portaría igual de bien que lo venía haciendo, pero lo haría bien por él mismo, no porque se lo impusieran: sería responsable porque lo haría en conciencia, en vez de actuar sólo porque le obligan, sin mérito por no salir de él mismo.

Una y otra vez seguía dándole vueltas a las mismas cosas. Las normas y las leyes —se decía— tendrían su razón de ser para organizarse, como por ejemplo si se quiere jugar al baloncesto hay que seguir un reglamento. Pero no podía decirse que valieran siempre y para todos los casos posibles: era imposible prever todo lo que podría pasar. A primera vista, parece que los coches deben respetar los semáforos siempre, pero ¿qué pasa si uno se estropea? ¿Va a quedarse un conductor horas delante de un semáforo en rojo que no cambia porque está estropeado? Y, claro, en el código de la circulación no hay nada sobre semáforos estropeados. Y eso pasa con todo. Hasta con el “no matarás”: por supuesto que no puedes matar a alguien para robarle o porque sí, pero luego resulta que si te invaden te tienes que defender a tiros y puedes matar; al revés, resulta que si estás en ésas cuantos más mates, mejor. Incluso hasta la Iglesia acepta que pueda haber pena de muerte. Total, que las leyes están bien, pero ninguna es perfecta y todas, absolutamente todas, tienen sus excepciones. Por eso, por encima de la ley tiene que estar la conciencia de cada uno, que ve si en cada caso —en su caso— la norma se debe cumplir o se debe incumplir. Y eso sólo lo puede ver la conciencia de uno, porque sólo uno mismo conoce de verdad lo que le pasa a uno. Además, es la conciencia de cada cual la que le deja tranquilo o intranquilo, y por eso lo que decide qué está bien y qué está mal para cada uno. En cambio, lo que te mandan o te prohiben viene de fuera: como mucho, te asusta, pero no parece que hacer las cosas por miedo le haga a uno bueno. Hasta aquí, los razonamientos que se hacía.

 

 

 

 

 

ESTUDIO DE CASO

E

n las evaluaciones finales para pasar a la selectividad, es necesario tener aprobadas todas las asignaturas del Bachillerato. Si se da el caso de un alumno que suspende una, ¿debería el profesor aprobársela, para que pudiera presentarse a selectividad?»


Si el profesor le aprobara, ¿qué juicio moral emitiría el alumno en cuestión? ¿Qué juicio moral emitirían los demás alumnos del curso? Y, ¿qué juicio emitirían los demás profesores de ese grupo de alumnos?


-Si el profesor le aprueba no estaría actuando éticamente bajo lo que conocemos como un buen profesor, sería calificado como demasiado permisivo, su labor es que se consigan unos mínimos básicos educativos por parte del alumnado. Además, el alumno no conseguiría esos mínimos básicos que le formarían como al resto. De hecho si ese profesor aprobase a uno y se generalizase la situación, todos los profesores aprobarían a todos los estudiantes que les quedase una para pasar a selectividad por lo que los alumnos apostarían por dejar siempre una asignatura sin estudiar, siendo la labor del profesor de la materia dejada inservible. Hay un mínimo establecido por dogamtismo que coincide con el razonamiento ético. Sin emabrgo para cada persona es una situación subjetiva ya que puede resultar que haya estudiado la asignatura y no le haya ido tan bien y por suspender la asignatura, unaa signatura que es posible no vuelva a utilizar en su vida le cargue el hecho de no poder ir a la selectividad, repetir curso o quedar un año en falso.

Conclusión: que no le apruebe. Ha de adaptarse a un sistema de educación que por razonamiento se trata de mínimos básicos que garantizarán la felicidad y supervivencia del alumno en adelante.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ESTUDIO DE CASO

Lo Bueno y Malo Desde La Conciencia Moral

L

os motivos que se sustentan las decisiones la realiza la conciencia del hombre, como facultad específica emite los juicios prácticos sobre lo que es bueno o malo, recto  o desordenado, conveniente o inconveniente

La ética, entonces, supone una conducta y toda conducta tiene normas o criterios a los que tiene que ajustarse.   Estos criterios son establecidos por la conciencia moral del individuo.   Es allí donde se fijan las relaciones de conveniencia o disconformidad con los principios y los hechos.

En algunos casos la conciencia moral de un individuo  puede que esté objetivamente equivocada y que el criterio por el que se rige sea falso; pero el hombre debe atenerse al mismo para obrar de una manera coherente con lo que piensa, y de no seguir ese criterio sería una decisión moralmente errónea.    Ciertamente si no se está seguro, la obligación sería despejar las dudas estudiando a fondo el asunto, consultando a personas expertas o buscando una segunda opinión.   Pero en el caso de seguridad, ha de actuar con su conciencia, pues no dispone de otro criterio racional.

 

  Ejemplo:


El homicidio, se ve como algo malo, cuya maldad no se puede calcular, y a lo mejor nadie ha dudado.   Las dudas inician en circunstancia, en lo que los principios generales se dejan a un lado.   ¿Podríamos  calificar de homicidio o de asesinato, dejar que muera una persona que lleva tres años en coma?

La aplicación del principio general de respetar la vida ajena empieza a resultar confusa en este caso.  ¡La calidad de vida de esta persona es mínima¡  de allí, entonces surgen problemas como es la eutanasia, que en cualquier caso, es mucho más complejo que un simple "No matar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ESTUDIO DE CASO

Un Suicidio Autorizado

 

E

ste tema ha dividido a la sociedad mundial desde hace muchos años, pero es hasta 1983 que un grupo de personas decide que debe existir la posibilidad de morir, en el momento en que la medicina no pudiera establecer una aceptable calidad de vida, y la continuidad de la vida dependa de aparatos médicos para mantener sus funciones vitales. Así es como nace la Euthanasia Society of América (ESA )

Todo este cuento a manera del pasado en presente es abordar este tema tan espinoso y en este momento tan actual en nuestra sociedad. O ¿quien no ha visto la propaganda que se transmite por T.V en la que sale una voz femenina muy triste describiendo que tan mala está su familiar, que no tiene ninguna esperanza de vida y que si la desconectan de los aparatos se muere y por fin "descansara en paz", Y al final del comercial un letrero que dice " por el derecho a morir dignamente" (pues resulta que aunque en ningún lado lo diga, esa propaganda es en pro de la legalización de la eutanasia). Viéndolo desprevenidamente se podría pensar que esta propaganda tan conmovedora, ¿quién habría de negarse a que la eutanasia se practique? y uno sigue pensando que todos tenemos derecho a morir sin permanecer pegados como una garrapata a los aparatos para poder respirar y evitar que nuestros familiares vayan con lagrimas en los ojos y con caras largas a mirarnos, mover la cabeza de un lado para otro lamentándose de nuestra suerte y salir corriendo de la habitación con la mano en la cara tratando de contener el llanto. Pero resulta que todo tiene por lo menos dos caras y esta no es la excepción. y la otra cara de esta polémica forma de "suicidio asistido" es precisamente el aspecto ético y moral, representado por Dios; pues " El es quien nos creó y El es el único que tiene derecho a quitarnos la vida", y que si aprueban la eutanasia, ¿ que los detiene para aprobar el aborto ?. Frases que se han convertido en el estandarte de los grupos opositores de la eutanasia, que aunque parezcan simples, han sido decisivas para que se divida en 2 la sociedad mundial alrededor de esa polémica. Sumado a esto los detractores de la eutanasia han encontrado apoyo en otro criterio valido para atacarla directamente, y es la recuperación milagrosa de personas que ya se encontraban sin "esperanza de vida" incluso después de varios años de permanecer en coma.

En Colombia existe la "Fundación Derecho a Morir Dignamente", con la cual se ha dado un paso para podernos a la par con los países industrializados, por lo menos en materia de discusiones sobre la vida y la muerte, que abarca un importante aspecto social, lo cual ha causado un gran revuelo. Por un lado como país tradicionalmente católico nuestros preceptos morales no nos dejan ir más allá de lo estipulado por Dios, pero por el otro el imaginarnos a un familiar o ¿porqué no? nosotros mismos prendidos a un aparato para poder vivir, nos deja un gran espacio para reflexionar.

A través de la historia han ocurrió hechos y han aparecido personas que han tratado de definir por si mismos el rumbo de esta cuestión, como el Dr Jack Kevorkian, mejor conocido como el "Doctor muerte", quien hasta el año de 1996 ayudo a más de 45 " "desconexiones" por medio de una máquina creada por él mismo.

Existen países como Holanda, en los cuales ya está aprobada la eutanasia y en varios estados de Estados Unidos, mientras que en América Latina ningún país se ha atrevido a dar ese paso.

Como es evidente, ésta polémica no se detendrá aquí y lo mejor es estar bien informados, para así poder tomar una decisión, cuando se presente el momento

 

 

 

ESTUDIO DE CASO

“La Señora Del Tazón

 

U

na señora toma un tazón y le pide al camarero que se lo llene de caldo. A continuación se sienta en una de las muchas mesas del local. Pero, apenas sentada se da cuenta que se ha olvidado el pan. Se levanta. Se dirige a coger un bollo para tomarlo con el caldo y vuelve a su sitio. ¡Sorpresa! Delante del tazón de caldo se encuentra, sin inmutarse, un hombre de color; un negro que está comiendo tranquilamente.

(Pausa)

"¡Esto es el colmo —piensa la señora— pero no me dejaré robar!". Dicho y hecho. Se sienta al lado del negro. Parte el bollo en pedazos. Los mete en el tazón que está delante del negro y coloca la cuchara en el recipiente.

El negro, complaciente, sonríe: Toman una cucharada cada uno hasta terminar la sopa. Todo ello en silencio.

(Pausa)

Terminada la sopa, el hombre de color se levanta, se acerca a la barra y vuelve poco después con un abundante plato de spaghetti y... dos tenedores. Comen los dos del mismo plato, en silencio, turnándose. Al terminar se van.

— ¡Hasta la vista! —saluda la mujer.

— ¡Hasta la vista! —responde el hombre, reflejando una sonrisa en sus ojos.

Parece satisfecho por haber realizado una buena acción. Se aleja. La mujer le sigue con la mirada. Una vez vencido su asombro busca con su mano el bolso que había dejado colgado en el respaldo de la silla. Pero ¡sorpresa! El bolso ha desaparecido. Entonces... aquel negro...

(Pausa)

Iba a gritar "¡al ladrón!", cuando ojeando a sus alrededores ve su bolso colgado de una silla dos mesas más atrás de donde ella estaba, y sobre la mesa una bandeja con u un tazón de caldo ya frío. Inmediatamente se da cuenta de lo sucedido. No ha sido el africano el que ha comido de su sopa. Ha sido ella quién , equivocándose de mesa, como una gran señora ha comido a costa del africano

modo el grupo social, tiene su yo profundo que le guía, le impulsa y le pone en guerra si este fuera el caso, con cualquier otro grupo menor.

El yo profundo, egoísta del individuo aflora a la superficie y se siente ahora libre de sus cadenas a medida que las fronteras del grupo en que actúa y vive el ser, se amplían más y más y en tal proceso de resurrección de lo de abajo se hace legítima la justificación y así entienden que robar no es robar, mentir no es mentir, y ahora hay que agregarle matar no es matar, y entonces decimos que estos sujetos que se encuentran en la situación de haber matado a sus semejantes, que es un individuo ya formado y parte de un grupo, siempre encuentra a la vez ante sus propios ojos y ante los espectadores, motivo legítimo para demostrar que la tal muerte no es muerte, o sea que no es una de aquellas muertes que él mismo, el asesino sería el primero en condenar.

Este razonamiento es sorprendente “si matas tú, no matarás”, porque el alma es inmortal y transmigra de ser en ser, de manera que al matar, no destruirás nada. Puedes matar tranquilamente, estos acentos tomados por psicólogos criminalistas e ideas de Dostoievski se convierten sencillamente en una de tantas auto- justificaciones mentirosas cuando se ponen en boca del asesino.


Y así vemos como ha evolucionado la conducta violenta de los cárteles de la droga que en cada momento encuentra “justificaciones” todavía más amplias, más satisfactorias, más absolutorias, en donde llegan al extremo ya de tener campos de entrenamiento para el exterminio masivo. La inteligencia detrás de estos cárteles no sólo implica el desarrollo de un reclutamiento constante de jóvenes sino también se hacen llegar a expertos en cienciología, así como con expertos en cibertecnología, e ideólogos en parasicología, etc. etc.


Los cárteles al haber accedido a las mismas armas y tecnología, y en algunos casos hasta superiores del Estado, se vieron en la necesidad de expandir su actividad a la parte más sensible de su estructura, y es así como tienen la necesidad de lavar el dinero haciéndolo en todo el país con cualquiera que tenga o se preste a una actividad económica reclutando no sólo a menores de edad sino ahora cuentan con gente que tiene título universitario.

Mientras tanto el gobierno federal no tiene una respuesta concreta para combatirlos, la estrategia ha sido el permitir que se maten entre ellos, pero la cifra de muertos resulta asombrosa, cuarenta mil, por lo que ya es hora que el gobierno intervenga de forma tajante y termine en el menor tiempo posible esta guerra sin igual.


Que la organización de un movimiento ciudadano es una faceta más del crimen organizado dados los recientes homicidios de activistas sociales y de jóvenes indefensos, se prevée que cuanto más avance el calendario electoral arreciarán más las exigencias de estos grupos sociales, incluyendo el pedimento de la dimisión del propio Presidente Calderón. No caigamos en el juego de estos señores.


Los especialistas dicen que la violencia empleada en las masacres cometidas en los últimos meses, va más allá del hecho de mandar un simple mensaje a sus competidores, adversarios o deudores, reflejando una total desnaturalización y una conducta sádica incorporándolo a una rutina como si esto fuera un comportamiento normal

Europa hay una mujer que padece un tipo especial de cáncer y va a morir pronto. Hay un medicamento que los médicos piensan que la puede salvar. Es una forma de radio que un farmacéutico de la misma ciudad acaba de descubrir. La droga es cara, pero el farmacéutico está cobrando diez veces lo que le ha costado a él hacerla. El pagó doscientos dólares por el radio y está cobrando dos mil dólares por una pequeña cantidad del medicamento. El esposo de la mujer enferma, Heinz, acude a todos sus familiares, amigos y conocidos para pedir prestado el dinero, pero sólo puede reunir unos mil dólares, que es la mitad de lo que le cuesta. Le dice al farmacéutico que su esposa se está muriendo y le pide que le venda el medicamento más barato o le deje pagar más tarde. El farmacéutico dice: "No; yo lo descubrí y voy a sacar dinero de él". Heinz está desesperado y piensa en atracar el establecimiento para robar la medicina para su mujer.

1.- ¿Debe o no debe Heinz robar la medicina? ¿Por qué?

En este caso lo más viable seria robar el medicamento, ya que se trata de una vida que salvar; pero no es correcto ya que robar cualquiera que fuera el caso, es un delito y es castigado por la ley; pienso que Heinz no debe robar ese medicamento, porque no es algo moral, es un delito.

2.- Si se tratara de un desconocido, ¿debería Heinz robar la medicina para salvarlo? ¿Por qué?

No debería robar nada aunque sea para salvar un vida, pienso que en este caso entraría en un problema ante la justicia, porque el farmacéutico podría demandarlo.

3.- ¿Qué conflicto de valores se plantea en este dilema? ¿Cuáles son los valores que entran en juego? 

La  honestidad, la generosidad, el respeto, la justicia, la bondad, la decencia, la sensibilidad, la compasión, la paciencia. Los valores que entran en juego por parte del doctor es que se le respeta su decisión de no querer baja el precio del medicamento porque le costó, pero también debe tener sensibilidad ante el sufrimiento ajeno, compasión, bondad , el esposo en la desesperación por salvar la vida de su esposa debe mostrar respeto hacia la decisión del farmacéutico, pero también cae en la desesperación, debe aplicar la paciencia, la decencia, pero también está el compromiso que tiene hacia su esposa de ayudar en todo momento. Si el esposo llegara a robar el medicamento , el farmacéutico reclamaría justicia, pero igual se tiene que tomar las consideraciones la compasión.

4.- ¿En qué medida entran aquí en conflicto la justicia y la compasión?

La justicia entra en que si se roba el medicamento, lo justo es que el esposo sea juzgado, pero también podría aplicarse la compasión por esta persona, porque no lo hizo con dolo, al contrario lo hizo para salvar la vida de su esposa.

CASOS DE ESTUDIO PARA ÉTICA


ESTUDIO DE CASO

La Ley Moral y Conciencia

 

M

ario tiene quince años, y vive lo que se considera la vida normal de un chico de esa edad, sin particulares problemas. Está contento con su familia, aunque piensa que sus padres limitan bastante sus movimientos y establecen demasiadas reglas. Piensa que ese modo de proceder no es justo, porque sus padres le consideran menor de lo que es, y porque sus amigos tienen más libertad que él. Además, nunca ha dado ningún problema serio en su casa, y cuando pide explicaciones le despachan con alguna frase hecha, muy poco convincente. De todas maneras, aunque se queje, tampoco puede decirse que dramatice esa situación.

Un día estaba en casa de un amigo, y resultó que éste pasaba por un momento de desánimo. Empezaron a hablar de sus problemas, y Mario no se dio cuenta de que se hacía muy tarde ni, hasta pasadas las 11.OO, de que en aquella familia cada uno cenaba por su cuenta y por eso no se avisaba la hora. Volvió a su casa deprisa. Como era de esperar, fue recibido con una fuerte bronca y amenazas de castigos que se le antojaron desproporcionados.

Durante los días que siguieron Mario no podía apartar de su cabeza lo sucedido esa noche. Estaba convencido de que, dijeran lo que dijeran sus padres, esa vez él tenía razón, y que además no tenían derecho a conocer sus motivos: él no les contaría nunca los problemas de su amigo —se los contaba como amigo, y era cosa de su intimidad—. Se habría saltado unas reglas —la hora de llegada, la hora de cenar— que normalmente tenían un sentido, pero él sabía en conciencia que esta vez tenía razón —era algo mucho más importante que el orden de la casa— y había hecho bien. Las normas y las leyes —pensaba— son algo que se dicta para todo el mundo sin tener en cuenta que cada persona y cada situación son distintas, o por lo menos pueden ser distintas. Eran una generalización, una cosa impersonal, y, por ser algo impersonal, una imposición. Si a él le dejaran libertad para volver a la hora que en conciencia pensara que debía, seguramente se portaría igual de bien que lo venía haciendo, pero lo haría bien por él mismo, no porque se lo impusieran: sería responsable porque lo haría en conciencia, en vez de actuar sólo porque le obligan, sin mérito por no salir de él mismo.

Una y otra vez seguía dándole vueltas a las mismas cosas. Las normas y las leyes —se decía— tendrían su razón de ser para organizarse, como por ejemplo si se quiere jugar al baloncesto hay que seguir un reglamento. Pero no podía decirse que valieran siempre y para todos los casos posibles: era imposible prever todo lo que podría pasar. A primera vista, parece que los coches deben respetar los semáforos siempre, pero ¿qué pasa si uno se estropea? ¿Va a quedarse un conductor horas delante de un semáforo en rojo que no cambia porque está estropeado? Y, claro, en el código de la circulación no hay nada sobre semáforos estropeados. Y eso pasa con todo. Hasta con el “no matarás”: por supuesto que no puedes matar a alguien para robarle o porque sí, pero luego resulta que si te invaden te tienes que defender a tiros y puedes matar; al revés, resulta que si estás en ésas cuantos más mates, mejor. Incluso hasta la Iglesia acepta que pueda haber pena de muerte. Total, que las leyes están bien, pero ninguna es perfecta y todas, absolutamente todas, tienen sus excepciones. Por eso, por encima de la ley tiene que estar la conciencia de cada uno, que ve si en cada caso —en su caso— la norma se debe cumplir o se debe incumplir. Y eso sólo lo puede ver la conciencia de uno, porque sólo uno mismo conoce de verdad lo que le pasa a uno. Además, es la conciencia de cada cual la que le deja tranquilo o intranquilo, y por eso lo que decide qué está bien y qué está mal para cada uno. En cambio, lo que te mandan o te prohiben viene de fuera: como mucho, te asusta, pero no parece que hacer las cosas por miedo le haga a uno bueno. Hasta aquí, los razonamientos que se hacía.

 

 

 

 

 

ESTUDIO DE CASO

E

n las evaluaciones finales para pasar a la selectividad, es necesario tener aprobadas todas las asignaturas del Bachillerato. Si se da el caso de un alumno que suspende una, ¿debería el profesor aprobársela, para que pudiera presentarse a selectividad?»


Si el profesor le aprobara, ¿qué juicio moral emitiría el alumno en cuestión? ¿Qué juicio moral emitirían los demás alumnos del curso? Y, ¿qué juicio emitirían los demás profesores de ese grupo de alumnos?


-Si el profesor le aprueba no estaría actuando éticamente bajo lo que conocemos como un buen profesor, sería calificado como demasiado permisivo, su labor es que se consigan unos mínimos básicos educativos por parte del alumnado. Además, el alumno no conseguiría esos mínimos básicos que le formarían como al resto. De hecho si ese profesor aprobase a uno y se generalizase la situación, todos los profesores aprobarían a todos los estudiantes que les quedase una para pasar a selectividad por lo que los alumnos apostarían por dejar siempre una asignatura sin estudiar, siendo la labor del profesor de la materia dejada inservible. Hay un mínimo establecido por dogamtismo que coincide con el razonamiento ético. Sin emabrgo para cada persona es una situación subjetiva ya que puede resultar que haya estudiado la asignatura y no le haya ido tan bien y por suspender la asignatura, unaa signatura que es posible no vuelva a utilizar en su vida le cargue el hecho de no poder ir a la selectividad, repetir curso o quedar un año en falso.

Conclusión: que no le apruebe. Ha de adaptarse a un sistema de educación que por razonamiento se trata de mínimos básicos que garantizarán la felicidad y supervivencia del alumno en adelante.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ESTUDIO DE CASO

Lo Bueno y Malo Desde La Conciencia Moral

L

os motivos que se sustentan las decisiones la realiza la conciencia del hombre, como facultad específica emite los juicios prácticos sobre lo que es bueno o malo, recto  o desordenado, conveniente o inconveniente

La ética, entonces, supone una conducta y toda conducta tiene normas o criterios a los que tiene que ajustarse.   Estos criterios son establecidos por la conciencia moral del individuo.   Es allí donde se fijan las relaciones de conveniencia o disconformidad con los principios y los hechos.

En algunos casos la conciencia moral de un individuo  puede que esté objetivamente equivocada y que el criterio por el que se rige sea falso; pero el hombre debe atenerse al mismo para obrar de una manera coherente con lo que piensa, y de no seguir ese criterio sería una decisión moralmente errónea.    Ciertamente si no se está seguro, la obligación sería despejar las dudas estudiando a fondo el asunto, consultando a personas expertas o buscando una segunda opinión.   Pero en el caso de seguridad, ha de actuar con su conciencia, pues no dispone de otro criterio racional.

 

  Ejemplo:


El homicidio, se ve como algo malo, cuya maldad no se puede calcular, y a lo mejor nadie ha dudado.   Las dudas inician en circunstancia, en lo que los principios generales se dejan a un lado.   ¿Podríamos  calificar de homicidio o de asesinato, dejar que muera una persona que lleva tres años en coma?

La aplicación del principio general de respetar la vida ajena empieza a resultar confusa en este caso.  ¡La calidad de vida de esta persona es mínima¡  de allí, entonces surgen problemas como es la eutanasia, que en cualquier caso, es mucho más complejo que un simple "No matar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ESTUDIO DE CASO

Un Suicidio Autorizado

 

E

ste tema ha dividido a la sociedad mundial desde hace muchos años, pero es hasta 1983 que un grupo de personas decide que debe existir la posibilidad de morir, en el momento en que la medicina no pudiera establecer una aceptable calidad de vida, y la continuidad de la vida dependa de aparatos médicos para mantener sus funciones vitales. Así es como nace la Euthanasia Society of América (ESA )

Todo este cuento a manera del pasado en presente es abordar este tema tan espinoso y en este momento tan actual en nuestra sociedad. O ¿quien no ha visto la propaganda que se transmite por T.V en la que sale una voz femenina muy triste describiendo que tan mala está su familiar, que no tiene ninguna esperanza de vida y que si la desconectan de los aparatos se muere y por fin "descansara en paz", Y al final del comercial un letrero que dice " por el derecho a morir dignamente" (pues resulta que aunque en ningún lado lo diga, esa propaganda es en pro de la legalización de la eutanasia). Viéndolo desprevenidamente se podría pensar que esta propaganda tan conmovedora, ¿quién habría de negarse a que la eutanasia se practique? y uno sigue pensando que todos tenemos derecho a morir sin permanecer pegados como una garrapata a los aparatos para poder respirar y evitar que nuestros familiares vayan con lagrimas en los ojos y con caras largas a mirarnos, mover la cabeza de un lado para otro lamentándose de nuestra suerte y salir corriendo de la habitación con la mano en la cara tratando de contener el llanto. Pero resulta que todo tiene por lo menos dos caras y esta no es la excepción. y la otra cara de esta polémica forma de "suicidio asistido" es precisamente el aspecto ético y moral, representado por Dios; pues " El es quien nos creó y El es el único que tiene derecho a quitarnos la vida", y que si aprueban la eutanasia, ¿ que los detiene para aprobar el aborto ?. Frases que se han convertido en el estandarte de los grupos opositores de la eutanasia, que aunque parezcan simples, han sido decisivas para que se divida en 2 la sociedad mundial alrededor de esa polémica. Sumado a esto los detractores de la eutanasia han encontrado apoyo en otro criterio valido para atacarla directamente, y es la recuperación milagrosa de personas que ya se encontraban sin "esperanza de vida" incluso después de varios años de permanecer en coma.

En Colombia existe la "Fundación Derecho a Morir Dignamente", con la cual se ha dado un paso para podernos a la par con los países industrializados, por lo menos en materia de discusiones sobre la vida y la muerte, que abarca un importante aspecto social, lo cual ha causado un gran revuelo. Por un lado como país tradicionalmente católico nuestros preceptos morales no nos dejan ir más allá de lo estipulado por Dios, pero por el otro el imaginarnos a un familiar o ¿porqué no? nosotros mismos prendidos a un aparato para poder vivir, nos deja un gran espacio para reflexionar.

A través de la historia han ocurrió hechos y han aparecido personas que han tratado de definir por si mismos el rumbo de esta cuestión, como el Dr Jack Kevorkian, mejor conocido como el "Doctor muerte", quien hasta el año de 1996 ayudo a más de 45 " "desconexiones" por medio de una máquina creada por él mismo.

Existen países como Holanda, en los cuales ya está aprobada la eutanasia y en varios estados de Estados Unidos, mientras que en América Latina ningún país se ha atrevido a dar ese paso.

Como es evidente, ésta polémica no se detendrá aquí y lo mejor es estar bien informados, para así poder tomar una decisión, cuando se presente el momento

 

 

 

ESTUDIO DE CASO

“La Señora Del Tazón

 

U

na señora toma un tazón y le pide al camarero que se lo llene de caldo. A continuación se sienta en una de las muchas mesas del local. Pero, apenas sentada se da cuenta que se ha olvidado el pan. Se levanta. Se dirige a coger un bollo para tomarlo con el caldo y vuelve a su sitio. ¡Sorpresa! Delante del tazón de caldo se encuentra, sin inmutarse, un hombre de color; un negro que está comiendo tranquilamente.

(Pausa)

"¡Esto es el colmo —piensa la señora— pero no me dejaré robar!". Dicho y hecho. Se sienta al lado del negro. Parte el bollo en pedazos. Los mete en el tazón que está delante del negro y coloca la cuchara en el recipiente.

El negro, complaciente, sonríe: Toman una cucharada cada uno hasta terminar la sopa. Todo ello en silencio.

(Pausa)

Terminada la sopa, el hombre de color se levanta, se acerca a la barra y vuelve poco después con un abundante plato de spaghetti y... dos tenedores. Comen los dos del mismo plato, en silencio, turnándose. Al terminar se van.

— ¡Hasta la vista! —saluda la mujer.

— ¡Hasta la vista! —responde el hombre, reflejando una sonrisa en sus ojos.

Parece satisfecho por haber realizado una buena acción. Se aleja. La mujer le sigue con la mirada. Una vez vencido su asombro busca con su mano el bolso que había dejado colgado en el respaldo de la silla. Pero ¡sorpresa! El bolso ha desaparecido. Entonces... aquel negro...

(Pausa)

Iba a gritar "¡al ladrón!", cuando ojeando a sus alrededores ve su bolso colgado de una silla dos mesas más atrás de donde ella estaba, y sobre la mesa una bandeja con u un tazón de caldo ya frío. Inmediatamente se da cuenta de lo sucedido. No ha sido el africano el que ha comido de su sopa. Ha sido ella quién , equivocándose de mesa, como una gran señora ha comido a costa del africano

modo el grupo social, tiene su yo profundo que le guía, le impulsa y le pone en guerra si este fuera el caso, con cualquier otro grupo menor.

El yo profundo, egoísta del individuo aflora a la superficie y se siente ahora libre de sus cadenas a medida que las fronteras del grupo en que actúa y vive el ser, se amplían más y más y en tal proceso de resurrección de lo de abajo se hace legítima la justificación y así entienden que robar no es robar, mentir no es mentir, y ahora hay que agregarle matar no es matar, y entonces decimos que estos sujetos que se encuentran en la situación de haber matado a sus semejantes, que es un individuo ya formado y parte de un grupo, siempre encuentra a la vez ante sus propios ojos y ante los espectadores, motivo legítimo para demostrar que la tal muerte no es muerte, o sea que no es una de aquellas muertes que él mismo, el asesino sería el primero en condenar.

Este razonamiento es sorprendente “si matas tú, no matarás”, porque el alma es inmortal y transmigra de ser en ser, de manera que al matar, no destruirás nada. Puedes matar tranquilamente, estos acentos tomados por psicólogos criminalistas e ideas de Dostoievski se convierten sencillamente en una de tantas auto- justificaciones mentirosas cuando se ponen en boca del asesino.


Y así vemos como ha evolucionado la conducta violenta de los cárteles de la droga que en cada momento encuentra “justificaciones” todavía más amplias, más satisfactorias, más absolutorias, en donde llegan al extremo ya de tener campos de entrenamiento para el exterminio masivo. La inteligencia detrás de estos cárteles no sólo implica el desarrollo de un reclutamiento constante de jóvenes sino también se hacen llegar a expertos en cienciología, así como con expertos en cibertecnología, e ideólogos en parasicología, etc. etc.


Los cárteles al haber accedido a las mismas armas y tecnología, y en algunos casos hasta superiores del Estado, se vieron en la necesidad de expandir su actividad a la parte más sensible de su estructura, y es así como tienen la necesidad de lavar el dinero haciéndolo en todo el país con cualquiera que tenga o se preste a una actividad económica reclutando no sólo a menores de edad sino ahora cuentan con gente que tiene título universitario.

Mientras tanto el gobierno federal no tiene una respuesta concreta para combatirlos, la estrategia ha sido el permitir que se maten entre ellos, pero la cifra de muertos resulta asombrosa, cuarenta mil, por lo que ya es hora que el gobierno intervenga de forma tajante y termine en el menor tiempo posible esta guerra sin igual.


Que la organización de un movimiento ciudadano es una faceta más del crimen organizado dados los recientes homicidios de activistas sociales y de jóvenes indefensos, se prevée que cuanto más avance el calendario electoral arreciarán más las exigencias de estos grupos sociales, incluyendo el pedimento de la dimisión del propio Presidente Calderón. No caigamos en el juego de estos señores.


Los especialistas dicen que la violencia empleada en las masacres cometidas en los últimos meses, va más allá del hecho de mandar un simple mensaje a sus competidores, adversarios o deudores, reflejando una total desnaturalización y una conducta sádica incorporándolo a una rutina como si esto fuera un comportamiento normal

Europa hay una mujer que padece un tipo especial de cáncer y va a morir pronto. Hay un medicamento que los médicos piensan que la puede salvar. Es una forma de radio que un farmacéutico de la misma ciudad acaba de descubrir. La droga es cara, pero el farmacéutico está cobrando diez veces lo que le ha costado a él hacerla. El pagó doscientos dólares por el radio y está cobrando dos mil dólares por una pequeña cantidad del medicamento. El esposo de la mujer enferma, Heinz, acude a todos sus familiares, amigos y conocidos para pedir prestado el dinero, pero sólo puede reunir unos mil dólares, que es la mitad de lo que le cuesta. Le dice al farmacéutico que su esposa se está muriendo y le pide que le venda el medicamento más barato o le deje pagar más tarde. El farmacéutico dice: "No; yo lo descubrí y voy a sacar dinero de él". Heinz está desesperado y piensa en atracar el establecimiento para robar la medicina para su mujer.

1.- ¿Debe o no debe Heinz robar la medicina? ¿Por qué?

En este caso lo más viable seria robar el medicamento, ya que se trata de una vida que salvar; pero no es correcto ya que robar cualquiera que fuera el caso, es un delito y es castigado por la ley; pienso que Heinz no debe robar ese medicamento, porque no es algo moral, es un delito.

2.- Si se tratara de un desconocido, ¿debería Heinz robar la medicina para salvarlo? ¿Por qué?

No debería robar nada aunque sea para salvar un vida, pienso que en este caso entraría en un problema ante la justicia, porque el farmacéutico podría demandarlo.

3.- ¿Qué conflicto de valores se plantea en este dilema? ¿Cuáles son los valores que entran en juego? 

La  honestidad, la generosidad, el respeto, la justicia, la bondad, la decencia, la sensibilidad, la compasión, la paciencia. Los valores que entran en juego por parte del doctor es que se le respeta su decisión de no querer baja el precio del medicamento porque le costó, pero también debe tener sensibilidad ante el sufrimiento ajeno, compasión, bondad , el esposo en la desesperación por salvar la vida de su esposa debe mostrar respeto hacia la decisión del farmacéutico, pero también cae en la desesperación, debe aplicar la paciencia, la decencia, pero también está el compromiso que tiene hacia su esposa de ayudar en todo momento. Si el esposo llegara a robar el medicamento , el farmacéutico reclamaría justicia, pero igual se tiene que tomar las consideraciones la compasión.

4.- ¿En qué medida entran aquí en conflicto la justicia y la compasión?

La justicia entra en que si se roba el medicamento, lo justo es que el esposo sea juzgado, pero también podría aplicarse la compasión por esta persona, porque no lo hizo con dolo, al contrario lo hizo para salvar la vida de su esposa.